sábado, 5 de diciembre de 2009
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LOS 7 PICOS, de la piñata, representan los siete pecados capitales.
TAPAR LOS OJOS, a la persona que le pega a la piñata, simboliza la Fe
ciega.
EL PALO, es la virtud, arma con la que se vence la tentación de los
pecados.
ROMPER LA PIÑATA, representa la destrucción del mal y el triunfo del
bien.
LO QUE CAE, al romperla, significa las cosas buenas que se pueden
obtener.
El término piñata, Nació derivado del término Italiano pignatta, cuyo
significado en español es olla frágil.
Dale, dale, dale no pierdas el tino porque si lo pierdes pierdes el camino
Dale, dale, dale No pierdas el tino Mide la distancia Que hay en el camino
Dale, dale, dale y no le di oquítenle la venda porque sigo yo
No quiero oro Ni quiero plata yo lo que quiero es romper la piñata
Echen confites y canelones pa’ los muchachos que son bien tragones.
La piñata tiene caca tiene
caca cacahuates de a montón
En 1936, Linares tuvo un sueño donde vio animales con extrañas figuras y colores, con alas, cuernos, colas, colmillos y demás. Estas esculturas fueron descubiertas por sus primeros clientes quienes eran maestros pirotécnicos, luego por la cineasta Judith Bronowski, quien dio a conocer a nivel mundial la historia de los alebrijes y el maestro Pedro Linares López, a través de un documental que el mismo produjo y dirigió.
Pedro Linares recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1990 por su gran trayectoria artística y por su creación: Los Alebrijes. En la actualidad los hijos y nietos de Linares asi como miles de cartoneros más continúan la tradición familiar creando Alebrijes.
Pedro Linares López creador de los Alebrijes. ¿Cómo inició todo?
A la edad de 30 años, Pedro Linares López quien era cartonero de oficio originario de la ciudad de México, enfermó quedando inconsciente y en un profundo sueño el cual le revelaría criaturas extrañas que cambiarían su destino como artesano de la Merced. Enfermo y sin acceso a médicos que pudieran tratar su enfermedad, sus hermanas, con remedios caseros trataron de hacer que reaccionara sin tener éxito, al final no podían hacer nada más que rezar y encomendarse a los santos por la salud de su hermano. En cama e inconsciente, Pedro soñaba un lugar extraño e interesante, muy apacible; algo así como un bosque donde había árboles, rocas y animales; podía ver las nubes y el cielo de aquél mágico escenario. Él decía que todo estaba en calma, que no sentía dolor y estaba feliz de estar caminando en ese lugar, pero de repente, las rocas, las nubes y los animales se convirtieron en criaturas extrañas, eran animales que no podía distinguir ya que eran de una naturaleza muy extraña. Don Pedro vio un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro. Todos estos animales gritaban una sola palabra: "Alebrijes", gritaban más y más fuerte: "¡Alebrijes, Alebrijes, Alebrijes!".
Pedro siguió su camino en aquél fantástico sueño y al recorrer un camino de piedras vio a un hombre caminando tranquilamente y le pidió ayuda para salir de aquel lugar. El hombre le dijo que él no debía estar en ese lugar todavía y que tenía que caminar más adelante, a unos cuantos metros había una salida. Pedro corrió y corrió hasta estar frente a una ventana estrecha, por la cual a penas pudo escabullirse y en ese momento despertó. En medio de su propio velorio se levantó repentinamente, se escuchó una expresión de asombro entre rezos y exclamaciones al verlo reaccionar de lo que parecía su muerte. Después de ese momento y Pedro ya totalmente recuperado, empezó a recordar su sueño y quería que su familia y todas las personas conocieran a esos animales fantásticos. Aprovechando su habilidad de cartonero, Pedro Linares tomó un pedazo de papel y moldeó esas figuras, las pintó igual que como estaban en sus sueños, dándole vida a los “Alebrijes”. Don Linares a lo largo de su vida mostró su trabajo a mucha gente, mexicanos y extranjeros, siendo invitado a Estados Unidos y Europa para exhibir sus "alebrijes".Conservó las tradiciones populares que sus abuelos y padres le habían heredado, aportó una invaluable creación al arte mexicano y a las mismas tradiciones populares. Pedro Linares López, trabajó jornadas de 16 horas todos los días, hasta un día antes de su muerte, la cual sucedió un 26 de Enero de 1992 a la edad de 86 años. Ahora, Miguel Linares , Paula García, Blanca y Elsa Linares, continúan con la tradición y el trabajo que Pedro les heredó, las extraordinarias piezas reconocidas a nivel mundial: “Los Alebrijes”.
Una versión más habla sobre el pintor mexicano José Antonio Gómez Rosas, apodado El Hotentote, que en su paso por la Academia de San Carlos, en donde se organizaba anualmente un baile de máscaras, se le pidió una serie de telones, por lo que encargó a su cartonero Pedro Linares que hiciera una nave y un Alebrije. Ante esta petición Linares le preguntó al pintor cómo hacerlo, a lo que éste le contesto: toma un Judas, y ponle cola y alas de murciélago. En las pinturas de El Hotentote frecuentemente aparecen figuras zoomorfas y fantásticas, en las que se combinan partes de reptiles, aves, anfibios, insectos y mamíferos, al igual que diferentes épocas y estilos.
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